Mitos y verdades sobre el bronceado
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Renueva la protección cada dos horas, y siempre después del baño, el sudor o al secarte. No es un gesto extra, es parte del cuidado diario que tu piel necesita.
Lo que realmente funciona y lo que no tanto
Llega el buen tiempo, los planes al aire libre y las largas horas de sol directo en la piel. Y con todo eso, también vuelve la frase estrella del verano: “Ponte crema que te vas a quemar”. Una advertencia que muchas veces ignoramos y que no deberíamos sabiendo los daños que ejerce el sol sobre la piel sin protección.
Es importante aclarar algo: quemarse no es lo mismo que broncearse. Bronceado es una señal de que esa piel ha estado expuesta al sol. Una quemadura solar es más grave, ya que es un daño directo en tu piel causado por una sobreexposición a rayos UVB y UVA que hace que la piel se enrojezca y duela. Y aunque los efectos puedan parecer temporales, no lo son, de ahí la frase utilizada en dermatología de “la piel tiene memoria” que nos recuerda que cada año se acumula.
Entonces, ¿se puede conseguir un tono dorado y bonito sin comprometer la salud?
Claro que sí. La clave está en usar productos solares adecuados que nos protejan, hidraten y cuiden la piel en cada etapa del bronceado.
Sabemos que no todo lo que se dice sobre tomar el sol es cierto. Algunos mitos pueden parecer inofensivos, pero en realidad son un riesgo para la salud. Es hora de desmentirlos.
7 MITOS SOBRE EL BRONCEADO QUE DEBES DEJAR ATRÁS
Mito 1: “Los aceites aceleran el bronceado”
Falso a medias. Los aceites bronceadores si aceleran el proceso de bronceado, pero como cualquier producto activador del bronceado, también la hacen más propensa a quemaduras si se utilizan sin protección solar alta (SPF 30 o más).
Mito 2: “Las quemaduras se convierten en moreno”
Falso. Una quemadura es un grave daño en la piel, no un paso previo al bronceado. además de dejar manchas, puede acelerar el envejecimiento y aumentar el riesgo de cáncer de piel.
Mito 3: “La crema solar resistente al agua no necesita reaplicarse”
Falso. Aunque sea resistente, ninguna crema es 100 % impermeable en el tiempo. La protección en el cuerpo pierde eficacia con el agua, sudor o el roce de la toalla, por eso, es importante reaplicarla para mantener la protección ante una exposición solar intensa como en playa o montaña.
Mito 4: “Si tienes la piel oscura, no necesitas protección”
Falso. La radiación UV afecta a todo tipo de pieles, sin importar su tono. Tener la piel más oscura no te hace inmune. La protección solar es esencial para prevenir daños cutáneos y envejecimiento prematuro.
Mito 5: “El bronceado con cabinas UVA es más seguro”
Falso. Las cabinas UVA también emiten radiación nociva que acelera el envejecimiento y aumentan el riesgo de lesiones cutáneas y de cáncer de piel.
Mito 6: “Solo te quemas si estás bajo el sol directo”
Falso. Aunque no se sienta el calor del sol, los rayos UV atraviesan las nubes. En días nublados, fríos o con brisa, la protección sigue siendo indispensable.
Mito 7: “Los protectores solares impiden que te broncees”
Falso. El protector solar no bloquea el bronceado, lo mejora. Al proteger tu piel, consigues un bronceado más saludable, duradero y sin manchas.
VERDADES QUE SÍ FUNCIONAN PARA UN BRONCEADO BONITO Y DURADERO
Después de desmentir los mitos más peligrosos sobre el bronceado, toca hablar de lo importante: las verdades que sí cuidan tu piel y te ayudan a conseguir ese tono dorado que tanto nos gusta.
1. Usa aceleradores y autobronceadores de calidad
Si quieres acelerar y potenciar el bronceado de forma segura, elige productos formulados para activar la melanina sin dañar la piel. Los aceleradores como nuestra gama Super Bronceador Inmediato o Bronceador Inmediato son ideales para preparar la piel antes y durante la exposición al sol.
2. Toma el sol con responsabilidad
Sí, el sol tiene muchos beneficios, pero también hay que saber cuándo y cómo disfrutarlo. Evita las horas centrales del día (de 12:00 a 16:00) y busca siempre sombra cuando notes que tu piel se recalienta. Y lo más importante: nunca tomes el sol sin protección solar, aunque ya estés bronceada, y reaplícatela cada dos horas y/o después de cada baño.
3. La alimentación también cuenta
Lo que comes se refleja en tu piel. Alimentos ricos en betacarotenos como la zanahoria, el mango o la calabaza ayudan a potenciar el tono dorado de tu piel y a prolongar el bronceado. Además, aportan antioxidantes que la protegen desde dentro.
EL RITUAL SOLAR QUE TU PIEL MERECE.
Un bronceado radiante empieza con una buena rutina de cuidados. Para conseguir un tono dorado y saludable, sigue estos pasos con productos adecuados que cuiden tu piel antes, durante y después de la exposición al sol.
1. Prepara tu piel con un potenciador del bronceado
Ya sea un acelerador como la gama de Super Bronceador Inmediato o Bronceador Inmediato, este será el primer paso para activar la melanina o conseguir un tono dorado sin sol. Una piel preparada se broncea mejor, de forma más uniforme y duradera.
Si quieres tener una piel bronceada desde el inicio y de forma instantánea, te recomendamos usar el autobronceador de Gisèle Denis.
2. Protege con protección solar
Ya sea un acelerador como la gama de Super Bronceador Inmediato o Bronceador Inmediato, este será el primer paso para activar la melanina o conseguir un tono dorado sin sol. Una piel preparada se broncea mejor, de forma más uniforme y duradera.
Si quieres tener una piel bronceada desde el inicio y de forma instantánea, te recomendamos usar el autobronceador de Gisèle Denis.
3. Reaplica y protege a lo largo del día
Renueva la protección cada dos horas, y siempre después del baño, el sudor o al secarte. No es un gesto extra, es parte del cuidado diario que tu piel necesita.
4. Repara e hidrata la piel tras la exposición solar
Al final del día, tu piel necesita calmarse, regenerarse y recuperar su equilibrio. Una loción Aftersun con textura ligera y efecto hidratante marcará un antes y un después en el aspecto de tu piel.
Cuidar tu piel antes, durante y después del sol es la clave. Usa productos que preparen, protejan y reparen tu piel. Recuerda que el bronceado perfecto no es cuestión de rapidez, sino de constancia y cuidado.
Broncearte no es solo una cuestión estética, sino de salud. Por tanto, disfruta del sol con cabeza y responsabilidad, tu yo del futuro te lo agradecerá. Teniendo en cuenta todos estos consejos tu piel puede estar dorada, y cuidada… y perfectamente cuidada.
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